EL SABALAJE SIEMPRE ESTA
Si bien el resultado deportivo que arrojó el cotejo entre Risario Central y COLON fué apretado, el resultado del partido jugado desde las tribunas fué goleada a favor del sabalero.
Miles de sabaleros llegaron desde la capital provincial para alentar al equipo que sumados a los miles que viven en Rosario agotaron las localidades disponibles para ellos y abarrotaron la popular visitante. Armaron el carnaval de siempre: cantando, bailando, festejando y gozando como cada vez que la sangre y luto sale a una cancha.
La gente de Central fue la contracara. Dejó varios claros en las tribunas a pesar de que el equipo venía invicto y no se la sintió alentar en ningún momento. El silencio en la tarde de Arroyito solo era apuñalado por el Sabalaje, que dejó las gargantas al rojo vivo y a pesar de ser muchos menos eran los únicos que se escucharon. Solamente las voces de la popular embanderados con el rojo y negro se hicieron oir, y a medida que pasaban los minutos la diferencia era mayor. En las tribunas fue goleada.
Algo tienen en común estas dos hinchadas: ambas deberían ser motivo de estudio psicológico. La de Central para tratar de dilucidar qué lleva a sus seguidores concurrir a la cancha y permanecer en el mas absoluto de los silencios. Y la de COLON para tratar de descubrir de donde esa gente saca tanto amor, tanta pasión.
Pero hay una diferencia: a la gente de Central quizás le puedan dar un diagnóstico. A la de COLON no, porque la pasión sabalera simplemente es inexplicable.
Si bien el resultado deportivo que arrojó el cotejo entre Risario Central y COLON fué apretado, el resultado del partido jugado desde las tribunas fué goleada a favor del sabalero.
Miles de sabaleros llegaron desde la capital provincial para alentar al equipo que sumados a los miles que viven en Rosario agotaron las localidades disponibles para ellos y abarrotaron la popular visitante. Armaron el carnaval de siempre: cantando, bailando, festejando y gozando como cada vez que la sangre y luto sale a una cancha.
La gente de Central fue la contracara. Dejó varios claros en las tribunas a pesar de que el equipo venía invicto y no se la sintió alentar en ningún momento. El silencio en la tarde de Arroyito solo era apuñalado por el Sabalaje, que dejó las gargantas al rojo vivo y a pesar de ser muchos menos eran los únicos que se escucharon. Solamente las voces de la popular embanderados con el rojo y negro se hicieron oir, y a medida que pasaban los minutos la diferencia era mayor. En las tribunas fue goleada.
Algo tienen en común estas dos hinchadas: ambas deberían ser motivo de estudio psicológico. La de Central para tratar de dilucidar qué lleva a sus seguidores concurrir a la cancha y permanecer en el mas absoluto de los silencios. Y la de COLON para tratar de descubrir de donde esa gente saca tanto amor, tanta pasión.
Pero hay una diferencia: a la gente de Central quizás le puedan dar un diagnóstico. A la de COLON no, porque la pasión sabalera simplemente es inexplicable.
2 comentarios:
la verdad no entiendo tus comentarios, si vos no fuiste a la cancha, no vas 2 veces al año a la cancha a ver Colón acá en Rosario, y eso que vivis acá, por Dios que chamuyo......
No te preocupes, nadie que no sea sabalero entiende esta pasion. Entiendo tu envidia.
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