jueves, 12 de mayo de 2011

CUANDO COLON VENCIO AL SANTOS DE PELE

EL NACIMIENTO DEL CEMENTERIO


Es tan grande la historia en torno a ese partido, que hay que separar lo que en verdad ocurrió de aquello que forma parte de lo mitológico y que también sirve para engrandecer la leyenda. El Santos de Pelé, Coutinho y Pepe era bicampeón de la Copa Libertadores, dominador absoluto en el fútbol brasileño y el mejor equipo del mundo.

El Santos estaba haciendo una extenuante gira por la Argentina y se destacaban sus triunfos sobre Boca y Racing. El día elegido para jugar en Santa Fe fue el domingo 10 de mayo de 1964, con una particularidad: el día anterior, Colón había jugado con el resultado negativo ante Platense por el torneo de la B. Regreso rápido en avión, descanso y a prepararse para enfrentar a un equipo que hoy podría compararse, por poderío mundial, como el mismo Barcelona.

Y Colón le ganó. Abrió la cuenta Pelé, igualó Colón y faltando tres minutos para el final llegó el centro de “Motoneta” López y el cabezazo de “Ploto” Gómez para convertir el 2-1 definitivo. Desde allí y hasta el final, cuenta la historia y por eso aquello de lo mitológico o novelesco que tuvo este partido, esos minutos se jugaron adentro del área de Colón. Coutinho, Pelé, Pepe y Dorval virtualmente enloquecieron, atacaron por todos los medios pero el nerviosismo y la desesperación se apoderó del mejor equipo del mundo. También se dice que Pelé estrelló un remate en el travesaño y que el parante se movió por varios segundos. Quienes estuvieron aquella tarde de 1964 fueron testigos de todo esto. Envidiables testigos.

Ítalo Giménez no se cansaba de contar que “Lula” Alonso, el técnico del Santos, se metió en el vestuario de Colón apenas terminado el partido y en medio del festejo enloquecedor y ofreció una fortuna para que se juegue la revancha. “En la cancha que quieran, cuando quieran y a la hora que quieran”, repetía el entrenador. Y que le ofreció a Ítalo que el encuentro se juegue en el Maracaná... “¡Ni loco le daba la revancha!... Nos podían meter 20!”, decía Giménez con su particular verborragia y manera de decir las cosas.

Nadie le quita lo bailado a aquellos propulsores de la hazaña. Muchos ya no están, como el recordado “Chengo” Canteli, técnico de aquel equipo. Otros disfrutan todavía, como es el caso de “Ploto”, del recuerdo permanente. Le ganaron al Santos de Pelé y con Pelé, pero lo que es más gratificante todavía, generaron la historia más linda que el sabalero se empeña en contar: dieron nacimiento al mote con el cual se conoce el estadio y le dieron fama a un club que, al año siguiente, se animó a dar el gran salto para darle fútbol de Primera a la ciudad.

Colón recién cumplía sus 59 años de vida y el estadio emergía ya en pleno barrio Centenario, recinto de luchadores de la vida, desafiando los rigores de un Salado impiadoso que en dos o tres veces casi “se lo lleva”. Se hacía lo que se podía, peleando entre las pasiones que despierta el fútbol y las carencias económicas que dominaban al Colón de aquellos tiempos. En ese marco de situación, llegó el Santos de Pelé. Y empezó a escribirse la historia más linda de esa cancha.


No hay comentarios: